Ha pasado bastante desde la última vez que escribí algo sobre periodismo.
Cuando yo estudiaba en la facultad, el periodismo ya estaba en crisis. Internet y las bajas ventas de papel (y por tanto la pérdida de ingresos por publicidad), parecían el iceberg al que inevitablemente parecía dirigirse el barco, salvo que nosotros, capitanes intrépidos, diéramos el golpe de timón, con la fórmula magistral para mantenerlo a flote, tal vez, haciendo unos contenidos excelsos para un público exquisito que los apreciaría.
Ya entonces sospechaba que el problema no era Internet. Cuando le preguntaron a Arthur Sulzberger Jr., editor del New York Times, sobre el futuro del periodismo, este respondió apelando a lo que denomina la falacia del Titanic. "En realidad", decía Sulzberger, "aunque hubiera llegado al puerto de Nueva York, el Titanic ya estaba condenado. Unos años antes dos hermanos habían inventado el avión".
Con esto quiero decir que es muy cómodo echarle la culpa a un cambio industrial al que el periodismo se adaptó tarde, mal y por poco, nunca. En los últimos tiempos tanto El País como Eldiario.es han llegado al mágico número de 100 mil suscriptores, demostrando que no era una locura que la gente quisiera pagar por la información online.
Así que en lugar de echar balones fuera, de demonizar las redes sociales, el clickbait, la crisis de la prensa, las presiones del poder.... Vamos a ser valientes y afrontemos la parte que nos toca: la crisis del periodismo está intrínsecamente relacionada con la baja calidad del mismo.
¿Y qué es el periodismo, preguntas, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul?
Quizás sea más fácil decir lo que NO es. Pero para eso tengo que explicaros una figura que está en la esencia del periodismo. Y es que cuando se habla de informar, también es muy importante de lo que no se informa.
El gatekeeper, o guardian de la puerta, es un término acuñado por el psicólogo Kurt Lewin quien observó en dinámicas de grupo que había gente que actuaba como "portero" y regulaba la difusión de la información que llegaba a él. Hoy en día, el gatekeeper es quien tiene derecho de decidir si una noticia va a ser transmitida o retransmitida de una manera u otra (o si simplemente nunca va a ver la luz del día). En el mayor de los casos, la función de gatekeeper lo ejerce el editor de un medio de comunicación.
Ya sé lo que estáis pensando. ¡Censura! ¿Por qué no nos dejan a nosotros decidir qué información es importante y cuál no?
Pues porque la capacidad humana es limitada. Y si la saturamos, entonces no nos enteramos de nada, ni de lo importante ni de lo que no lo es. Peor aún: no toda la información es fiable. Hay información que no está comprobada, que no es relevante, que contiene errores, etc. Esta información es ruido, pues no nos deja escuchar lo importante.
Y finalmente: porque los periodistas no somos voceros. No somos altavoces que repiten acríticamente lo que otro dice. O al menos no deberíamos serlo.
Hay un aforismo en periodismo que dice: "Si una persona dice que llueve y otra dice que no, tu trabajo como periodista no es darle voz a ambas: es abrir la puta ventana y ver si está lloviendo”.
Todo esto viene a cuento de cierto debate que se retransmitió hace poco en Cuatro, donde dos terraplanistas debatían con dos científicos intentando argumentar que la tierra era, efectivamente, plana.
Poner a estos personajes a debatir con físicos, con biólogos, o simplemente con personas que creen en la evidencia científica y el pensamiento racional, les coloca al mismo nivel. Algunos podéis pensar que solo es un entretenimiento, que ellos salen mal parados, etc. Pensad otra vez. Para los suyos, simplemente salir en televisión supone un éxito. Para los que no están seguros, una posible prueba de que algo de razón tienen si hay que rebatirlos. Y en cualquier caso, una magnífica publicidad para encontrar más adeptos. Una publicidad que pagamos todos, y si no me creéis, no tenéis más que ver al nuevo Secretario de Salud de EEUU, un reconocido antivacunas.
Para volver a la Edad Media podríamos debatir también si las mujeres tienen alma, si los que tienen la piel de otro color tienen la misma inteligencia y derechos y etc. Creo que es un filón por explotar.
Pienso que como sociedad, y ante los tiempos oscuros que corren, no nos lo podemos permitir. Debemos ejercitar nuestro pensamiento crítico y ejercer una "barrera de entrada", un sistema inmunológico, para que discursos tóxicos y averiados no puedan penetrar.
Todos debemos ser gatekeepers: no debemos dejar que las informaciones falsas o averiadas se propaguen, ni darles márchamo de plausibilidad, porque esto es nocivo para todos. No tomarnos en serio esta responsabilidad tiene resultados, que creo que son evidentes.
¿Qué es periodismo? ¿Y tú me lo preguntas? periodismo eres tú.
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