En cuanto a las segundas, son lo que yo llamo "películas malrolleras": aquellas con las que igual no pasas tantos sustos cuando las ves, pero que cuando terminan... ay amigo, cuando terminan no te las quitas de la cabeza.
Esta es una lista (ya sabéis que me gustan las listas), como todas provisional y coyuntural, sujeta a incorporaciones e incluso impugnaciones. Ahora, eso sí, si veis estas películas y luego perdéis más cordura que un personaje de Lovecraft con el Necronomicón, no me culpéis por ello.
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"¡Buenas tardes! ¿Ha oído hablar de nuestro Creador? |
5. Heretic (2024)
¿Quién no ha pensado alguna vez en trolear a esos Testigos de Jehová/Mormones/comerciales de telefonía que llaman a tu puerta? Pues el bueno de Hugh Grant lo lleva a un nuevo nivel en esta peli de reciente aparición.
Mi religión, de tener alguna, es el culto al Cine. No os creáis que es fácil: peregrina uno por templos oscuros y muchas veces, lúgubres. Siente el maltrato de esos fieles que cometen la impudicia de llegar con la ceremonia película empezada, o que consumen de forma sonora extraños alimentos. Tiene uno que aguantar demasiado a menudo la llegada de falsos profetas (Longlegss, La Sustancia...). Pero de vez en cuando La Fe, amigos, da resultados, y escenas como la conversación del salón al comienzo de esta película (donde se masca la tensión sin que pase aparentemente nada), te dan el tipo de sustancia espiritual que uno necesita para proseguir. Luego la película evoluciona y no siempre a mejor, pero hermanos, nadie es perfecto....
4. El hombre de Mimbre (1973)
"Son sus costumbres y hay que respetarlas". ¿Quien no ha escuchado esta frase tan bienintencionada y políticamente correcta? El problema es que a veces esas costumbres no son los Carnavales de Río precisamente, sino algo una mijita más oscuro, perteneciente a una época en la que, todo sea dicho, la tolerancia por el otro no era uno de los puntos fuertes.
3 I am a Ghost (2012)
Estamos todos ya muy resabiados con lo del muerto que no sabe que está muerto. Que si El sexto sentido, que si Los Otros, que si Henry James lo dijo primero, que si La Escalera de Jacob. Bueno, pues dándole una nueva vuelta de tuerca (observen que agudo guiño), H.P. Mendoza nos trae la historia de una fantasma más desubicada que el negro de Vox. Su problema no es saber que está muerta, sino cómo murió y como dejar su condición de alma en pena. Le "ayudará" una medium que no podemos ver pero sí oír, ya que estamos junto a la protagonista en el mismo plano fantasmal, lo que es sin duda uno de los aciertos de la cinta. Atentos cuando aparezca bajando unas escaleras la causa de sus males. El material del que están hechos las pesadillas, oiga.
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En El Hombre de Mimbre pusieron toda la carne en el asador |
2. La Bruja (2015)
No siempre me gusta el cine de Robert Eggers (El Faro, El Hombre del Norte, o la reciente Nosferatu), pero he de reconocer que es único en la creación de imágenes y ambientaciones malsanas. Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Dora-Perturbadora.
1. Desaparecida (1988)
Stanley Kubrick dijo de ella que era la película más terrorífica que había visto nunca. Para mi, es el paradigma del cine malrollista, a pesar de que no es aparentemente una película de terror. Se trata más bien de un thriller en la que la novia de alguien desaparece sin dejar rastro. Sin embargo, sin ningún artificio, de manos de un guión muy bien trenzado, poco a poco la historia te va metiendo en su mundo, cual virus. El final se queda contigo muuuucho tiempo después de verla. Si os atrevéis, adelante. Eso sí: no dejéis que nadie os cuente nada antes.
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