domingo, 15 de noviembre de 2015

La cantante de la voz rota


Según van pasando los años uno se va uno dando cuenta de que nada es tan simple. No existen las líneas rectas. Puedes hacerlo todo bien y darte cuenta de que solo has recorrido un par de metros hacia ninguna parte. Por el contrario, puedes hacer algo que se supone que no deberías hacer, que todos te dicen que no es buena idea. Puedes caerte y descubrir que esa caída te ha descubierto un nuevo camino, un atajo que estaba escondido justo bajo tus pies.

Bonnie Tyler empezaba a ser conocida en 1977 cuando dañó su voz para siempre. Entonces fue cuando empezó a tener éxito de verdad.

Bonnie Tyler antes de Bonnie Tyler

Nacida en 1951 en un pueblo del sur de Gales, Gaynor Hopkins se crió en una familia tan religiosa como amante de la música “mi padre solía poner el disco Top of the Pops para mí todos los domingos y yo me sentaba en mi habitación, anotando la letra de todas mis canciones favoritas y cantando... Siempre estaba cantando en mi habitación con un cepillo para el cabello”. La niña, cuyos ídolos eran Janis Joplin y Tina Turner, terminó sus estudios en 1960 y después consiguió trabajó en una tienda de comestibles y más tarde de cajera en un supermercado.

En 1969 probó suerte y quedó segunda en un concurso de talentos cantando "Those Were the Days" de Mary Hopkins.

     Con bastantes añitos más Bonnie Tyler canta la canción que podríamos decir, supuso su primer éxito con 17 años.

Ganó la increíble cifra de… ¡1 libra!. Pero el veneno estaba inoculado, no tardaría en unirse a una banda como cantante de respaldo y en crear la suya propia poco después: Imagination se llamaría, con la que recorrió todos los pubs del sur de Gales.

Es entonces cuando toma el nombre artístico de… Sherene Davis, escogiendo el nombre de su sobrina y el apellido de su tía favorita. En 1975, Roger Bell, agente musical, visitó un club en el sur de Gales para ver algunos aspirantes a contrato discográfico, y allí se encontró a Tyler…quiero decir, Davis, cantando “Nutbush City Limits” con Imagination. Gaynor fue invitada a Londres para grabar algunas demos, y meses más tarde recibió una llamada telefónica de RCA Records, la firma de Elvis, para firmar un contrato de grabación. Antes de firmar, se le recomienda que cambie de nombre, así que recopiló una lista de apellidos y nombres de la Biblia y se quedó como “Bonnie Tyler”.

A pesar de tanto cambio de nombre su familia y amigos hoy día todavía la conocen como Gaynor.

Un grito que lo cambió todo


En 1976 Tyler empezó grabando primero “My My Honeycomb” (pincha aquí si quieres escuchar la voz de Tyler antes de que cambiara); canción que pasó sin pena ni gloria y después “Lost in France”, bonita balada con toque country por la que la RCA echó el resto en promoción. Esta sí que fue un éxito, aunque no inmediato.

En medio del esfuerzo por dar a conocer el nuevo single, Tyler encontró que su voz estaba adoptando una cualidad rasgada y fue diagnosticada con grandes nódulos vocales que debían ser operados de inmediato. Su médico le ordenó que no hablase en varias semanas; ella no hizo caso. Tyler, que no se callaba ni debajo del agua, estaba además en plena promoción de sus primeros y decisivos singles y un día no pudo más y gritó de frustración… al regresar al médico éste le dijo que había dañado su voz permanentemente. Parecía que su carrera había acabado nada más empezar. Pero al poco de que su voz regresara, Tyler (que desde luego no es muy buena haciendo caso a los médicos), fue al estudio de grabación y se puso a cantar uno de los temas de su próximo lanzamiento. Los músicos le dijeron que sonaba muy bien. La canción “It´s a Heartache” funcionó desde el primer momento con la nueva voz de Tyler “otras tres chicas habían grabado la canción antes de mí y no funcionó, así que tal vez mi voz ronca era lo que esa canción, y mi carrera, necesitaban” aseguró tiempo después Tyler.

Desde luego, escuchando la canción, se hace hoy imposible imaginarla cantada por otra voz:


“It's a Heartache”, hizo de Bonnie Tyler una estrella internacional. Su voz rasgada fue comparada con la de Rod Stewart y la canción alcanzó el número 4 en el Reino Unido y el número 3 en los EE.UU, siendo un éxito en todas partes.

Pero Bonnie Tyler tenía aún que consolidar su carrera para no terminar convertida en una one-hit wonder (artista de solo un éxito). Y no todo el mundo estaba encantado con su peculiar y poco ortodoxa voz. El nuevo disco no fue demasiado bien y arrecieron críticas que iban a intentar destruir la autoestima donde más puede dolerle a una cantante: el revisor de Record Mirror dijo: “Bonnie deja de masticar la grava por un minuto o dos...” y continuó “ella termina lastimando mis tímpanos, ouch”. Bonnie Tyler iba conbinando éxitos discretos con álbumes y canciones que, aunque eran más que correctos, no levantaban el vuelo en las listas. Pero como afirma Phil Hendricks de Cherry Records, en estos años Tyler “demostró una y otra vez que era uno de esos raros artistas capaz de fracasar en las listas y recuperarse sin haber sufrido el menor daño colateral”.

Pocos imaginaban entonces que lo mejor de su carrera, la auténtica cima, estaba a punto de llegar.

La consagración


Tyler, que grabó cuatro álbumes con la RCA de 1977 a 1981, no estaba muy satisfecha con la gestión de sus productores, empeñados en convertirla en una estrella del pop-country. Presentía que su voz estaba hecha para cantar en otros registros más enérgicos y cercanos al rock con el que se había criado. Fue entonces cuando, al término del contrato con RCA, se acercó a Jim Steinman (productor entre otros de Meat Loaf). De esta unión saldrían los mejores éxitos de Bonnie Tyler que dejaría definitivamente los titubeos para pasar a formar parte del hall of fame de la música pop.

La clave de este ascenso estaría en la canción “Total Eclipse of the Heart”, contenida en su nuevo álbum Faster than the Speed of Night. Se trata de una contundente y emocionante balada que parece diseñada para apurar hasta la última nota de la voz de Tyler y que se convirtió en la cima de su carrera, la canción por la que siempre será recordada y que siempre le piden que cante. Una de las mejores baladas de todos los tiempos.

«Creo que tiene la voz perfecta para esta canción, porque es muy sensual y a la vez devastadoramente heroica, un instrumento muy enérgico y brillante. Creo que este es el sonido perfecto, que durante mucho tiempo he tratado de encontrar».
—Jim Steinman haciendo referencia a la voz de Tyler en la canción «Total Eclipse of the Heart».

En el año siguiente, Tyler grabó “Here She Comes”, escrita por Giorgio Moroder, para la versión restaurada de la película de ciencia ficción Metrópolis. La canción fue nominada a los premios Grammy de 1985 a la Mejor interpretación vocal rock femenina.

En 1986 Tyler lanzó su segundo álbum con Steinman, titulado Secret Dreams and Forbidden Fire. El mayor éxito fue “Holding Out for a Hero”, otra de las canciones emblemáticas de la cantante, que fue utilizada para la banda sonora de la película Footloose y también como el tema principal de una serie de televisión de EE.UU. De este disco son también muy apreciables “Loving You's a Dirty Job (but Somebody's Gotta Do It)”, la super ochentera “If You Were a Woman (And I Was a Man)” y el cover del clásico de Freda Payne “Band of Gold”.

Bonnie Tyler cantando "Band of Gold" en 1986 durante un concierto en Montreux (Suiza)
En 1988, durante la gira de su tercer álbum con Columbia, Tyler dio una muestra de agallas y tablas sobre un escenario. Fue en el Festival de Reading, cobijo tradicional del heavy más metalero, a cuyo organizador no se le ocurrió otra cosa que intentar introducir a la audiencia en las bondades del pop más comercial. El público, de lo más cafre que ha parido madre, empezó a tirar todo tipo de botellas y bombas fétidas al escenario nada más comenzar el concierto. A pesar de todo, Tyler continuó y completó su set. Incluso se las arregló para llegar a la audiencia y unirla con la canción “It's a Heartache” al final de su actuación.

Con el inicio de los noventa comienza una nueva época en la que la cantante se instala en Alemania y, decidida a darle un giro más comercial y melódico a su música, firma con Hansa Records y el productor Dieter Bohlen. El primer sencillo, Bitterblue, del mismo nombre que el álbum, fue un éxito considerable en Europa. El siguiente álbum, Angel Heart (1992), sigue una trayectoria similar con la bonita “Fools Lullaby” como canción más destacable.

El tercer y último álbum con Hansa, Silhouette in Red, fue lanzado en 1993. El álbum fue un éxito en Noruega, Suiza, Austria, Alemania y Suecia, y el primer sencillo del álbum fue una gran canción “Sally Comes Around”, pero solo alcanzó en número 76 en las listas alemanas.

Tyler fusionó la música pop con la música celta para crear All in One Voice, álbum lanzado en 1998 por East West Records de la Warner. El único single es "He´s the King". Aunque lo cierto es que el resultado fue de lo más discreto, siendo considerado el álbum con menor repercusión en la carrera musical de la galesa. En un registro muy diferente colaboró con su antiguo productor Jim Steinman en la canción “Tyre Tracks and Broken Hearts” para el álbum Whistle Down the Wind.
Más éxito tendría Free Spirit grabado con la intención de alcanzar un perfil más internacional. A destacar “Making Love Out of Nothing at All” (antiguo éxito de Air Supply), y “Limelight”, que sería la canción oficial del equipo olímpico alemán.

En 2002 y por iniciativa de EMI Music, Tyler seleccionó una serie de canciones y, apoyada por la filarmónica de Praga, dio a luz un disco con versiones de artistas como The Beatles, REM, Roy Orbison, U2, Bruce Springsteen… Cantadas por la característica voz rasgada de Tyler y con una sabiduría que solo proveen los años, el álbum fue un éxito y nos regaló momentos como éste:


Si demain…

La cantante francesa Kareen Antonn escribió a Tyler preguntándole si estaría dispuesta a grabar una versión bilingüe de “Total Eclipse of the Heart” con ella. Vacilante, Tyler pidió una grabación a Antonn cantando la canción en francés. Impresionada por lo que recibió, la galesa aceptó y viajó a París a grabarla. Lanzada en diciembre de 2003 bajo el nombre de “Si demain... (Turn Around)”, la repercusión que tuvo en todas las radiofórmulas sirvió para dar a conocer a una nueva generación la canción más emblemática de Tyler, que volvía a números de superestrella (Fue número 1 en Francia y tuvo un éxito arrollador durante todo el año).

Con su decimoquinto álbum, Wings (2005), Tyler quiso por primera vez involucrarse personalmente en la composición de las canciones. El álbum, sin embargo, fue acogido con bastante frialdad por la crítica, parte de la cual le reprochó de manera poco sutil que se dejase llevar por experimentos en lugar de acudir a un productor de la talla de Jim Steinman, capaz de sacar todo el partido a su voz.
Ocho años irían de Wings a Rock and Honey (2013), de momento, el ultimo álbum de la galesa. Son años de varios recopilatorios y frecuentes apariciones en televisión. El álbum en sí es una vuelta a los orígenes con una serie de canciones que recuerdan a los éxitos de la década de 1970 con elementos de country rock. Es también el primer álbum de estudio en colarse en las listas de Reino Unido desde 1988. Por cierto que con el sencillo “Believe in Me” Tyler represento a Reino Unido en el festival de Eurovisión de 2013 en el que quedó en 19ª posición. Ya sabemos como son estas cosas.

En junio de 2015 la pudimos ver interpretando “Circle of Life”, canción de El Rey León en un programa de la televisión alemana en la que músicos famosos versionan canciones populares de Disney. Y en septiembre en otro de la NBC interpretando “Total Eclipse of the Heart” y “Holding Out for a Hero” junto a Neil Patrick Harris, Nicole Scherzinger y Alec Baldwin.

Bonnie Tyler, que el año pasado apareció por sorpresa en el cabaret-show Surprised! de Barcelona, confesó que para ella estar en el escenario es como estar en el cielo. Allí, en el Teatro Principal dejó pasmada a una audiencia que no la esperaba con sus dos canciones más míticas:


En todas las entrevistas y actuaciones que he visto de Bonnie, que este año cumplió 64, aparece como una persona risueña y cercana, que disfruta cantando y haciendo feliz a su público con su inconfundible voz. Una voz hecha girones un día de 1976 pero a la que aún le queda mucha cuerda.

Foto: Jana Natasha

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