Creo que lo peor en lo que se puede caer es en la mediocridad, en un ni fu ni fa, ni frío ni calor. Hagas lo que hagas, no dejes a nadie indiferente, que hablen de ti, bien o mal, pero que hablen, como suelen decir los gurus de la publicidad.
Quienes me conocen de cerca saben que siento debilidad por cierto tipo de grupos digamos... diferentes. No necesariamente alternativos (un término demasiado amplio que suena cada vez más a etiqueta comercial), no necesariamente originales ni innovadores. Y desde luego, no especialmente frikis (en otro post hablaré de por qué odio este término), pero en cualquier caso, diferentes.
Dentro de este grupo, están esos grupos que buscan ser comerciales a su manera voluntaria o involuntariamente innovadora, y aquellos a quienes su interpretación de lo que resulta ser comercial los convierte inevitablemente en un perro verde.
En este último y especial apartado están, en un puesto de honor, las Shaggs.
¿Quiénes fueron The Shaggs? Dejo para quien no las conozca todavía (¡cómo le envidio!), el enlace a una de sus canciones más emblemáticas y puerta de entrada obligada a quien quiera conocer el resto de sus composiciones: Philosophy of the world.
Portada del disco Philosophy of the World (1969) |
¿Ya lo habéis escuchado? La primera vez cuesta un poco hacer el oido, es cierto, pero dadle tiempo. Estoy
seguro que pronto os transportará como a mi a estados alterados de la conciencia donde todo cobra un nuevo significado. Además, no deberíais desdeñar a un grupo cuyo album debut en 1969 fue definido por Frank Zappa como "el tercer mejor disco de todos los tiempos". Entre sus admiradores incondicionales se citan entre otros a Kurt Cobain, Bonnie Raitt o el ya mencionado Zappa quien llego a decir que eran mejor que los Beatles. Y es que las Shaggs son, amigos, un grupo de culto.
Para ser justo también dijeron de ellas que sonaban indolentes y anárquicas, como tres personas que hubieran cogido los instrumentos por primera vez y se puesieran a tocar en cámaras aisladas unas de otras sin asomo de coordinación. Y qué decir de las letras de sus canciones: toda una declaración de actitud teen con temas dedicados a la razón que llevan los padres, a un gato llamada FootFoot o a los coches de choque. No faltan tampoco quienes las consideran el primer grupo punk de la historia, supongo que por el descaro y el ritmo de bradicardia ventricular de la batería. Pero si os llama la atención su música, esperad a conocer su historia...
The Shaggs eran tres hermanas: Betty, Helen y Dorothy
(Dot) Wiggin, a las que más tarde se unió una cuarta, Rachel. Pertenecían a una
familia de clase media de Fremont, pueblo situado en New
Hampshire (USA). Su padre, Austin Wiggin Jr., estaba convencido que sus hijas se convertirían en
estrellas de la música desde que un día, siendo él joven, una
pitonisa le hubiera hecho a su madre la siguiente predicción: “Tu hijo se casará con una mujer
pelirroja, tendrá dos hijos antes de que mueras y sus hijas formarán un famoso
grupo musical”. Como las dos primeras predicciones se habían cumplido,
Austin creyó firmemente que la tercera también lo haría, así que no dudó en sacarlas del instituto, gastar todos sus ahorros en instrumentos musicales y ponerlas a
practicar diariamente con una profesora de canto. Según cuentan, las Shaggs eran muy exigentes consigo mismas, y
paraban la grabación cada vez que cometían algún fallo. Me imagino a los pobres técnicos de
sonido atónitos, incapaces de descubrir cuál de los
fallos en concreto les habían hecho detenerse.
Un momento del musical Philosophy of the World en New York |
No tuvieron éxito... en aquel momento, pero la profecía no iba del todo descaminada. En 1980 alguien descubrió por casualidad el disco original y se quedó anonadado de su inocencia y frescura. Así que decidieron reeditarlo como una rareza y la revista Rolling Stone lo llamo "el regreso del año" Desde entonces, las Shaggs (hoy mujeres de familia bastante apartadas del universo rock), no han dejado de ganar fans. Hace tres años un musical en Nueva York contaba su peculiar historia, varias bandas le hicieron un disco homenaje versionando sus canciones (aunque sin lograr su peculiar sonido), e incluso se habla de una futura película en la que las hermanas Fanning harían de dos de las Wiggin.
A mi me gusta su insobornable autenticidad y esa especie de equilibrio en medio del caos que a veces creo notar en sus canciones. A muchos les parecerán horribles sin más, pero como las hermanas Wiggin dejaban bien claro en Philosophy of the world: "No importa lo que hagas, no importa lo que digas..." ya que "no puedes gustar a todos en este mundo".
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