Es uno de los maestros indiscutibles del relato corto. Quizás el mejor discípulo de Chéjov, del que tomó el gusto por una narración transparente y depurada, ausente de artificios ni ornamentos. Historias en donde el menos es más, en las que lo que no se dice pesa tanto o más que lo que se dice. En una entrevista Carver recordaría a otro de sus ídolos, Flaubert, quien decía que el "el autor en su trabajo debe ser como Dios en su creación - invisible y todopoderoso -; debe sentírsele en todos los sitios, pero no debe ser visto". Así son los cuentos de Carver: sobrios, certeros, parcos en palabras, precisos.
En muchos de los cuentos de Carver parece que no sucede nada. Aparentan en su mayoría ser historias banales de personas poco importantes. Sin embargo, hay toda una corriente subterránea, algo que sientes que cambia de forma profunda en los personajes al finalizar cada historia.
Es difícil explicar a Carver, pues aunque se le ha querido nombrar como una de las voces principales del "realismo sucio" pienso que esta etiqueta es tremendamente limitada para un autor como él, capaz de penetrar en generación tras generación de lectores y aspirantes a escritor, por encima de las corrientes de un momento determinado. Por eso, voy a intentar contaros algunas cosas de la vida y obra del autor a través de sus rasgos más evidentes como escritor. Allá voy.
Personajes. He hablado de los personajes de las historias de Carver como poco importantes. Bueno, en realidad, son poco importantes para la sociedad en general y a menudo lo han sido para la literatura. Personas con trabajos precarios o en paro, alcohólicos, parejas en crisis. Se trata de seres enfrentados a la incertidumbre y a la indefensión en un sistema que les suele ver como "loosers". Sus recursos son limitados para poner nombre y enfrentar lo que les pasa. Son vulnerables y tienen problemas. Carver conoce a estos personajes porque él mismo fue uno de ellos. Casado a los diecinueve y padre de dos hijos a los veinte, Carver procedía de una familia muy humilde, con un padre alcohólico y sin muchos referentes. Tanto él como su primera mujer tuvieron que pasar por un montón de trabajos mal pagados (recolector, conserje, repartidor, vigilante nocturno...). Los tipos humanos que en ellos conoció le darían a Carver todo un repertorio con el que cimentar de autenticidad sus historias.“Las cosas que han dejado una huella indeleble en mí son cosas que vi en las vidas de los que me rodeaban y de las que fui testigo, y en la vida que yo mismo viví. Estas eran vidas en que la gente tenía realmente miedo cuando alguien llamaba a la puerta, de día o de noche, o cuando sonaba el teléfono; no sabían cómo iban a pagar la renta o qué harían si se les estropeaba el frigorífico", comenta el autor en una entrevista. Por otra parte, Carver tendría graves problemas con el alcohol, que acabaron con su matrimonio y a punto estuvieron de acabar con su vida.
Lo extraordinario detrás de lo ordinario. En todos los cuentos de Carver hay una sensación de que algo inminente va a ocurrir. Puede parecer, como dije antes, que los personajes estén sumergidos en actividades aperentemente banales (la visita a la casa de unos amigos, en PLUMAS, la llegada de un padre a la estación donde le espera su hijo en EL COMPARTIMENTO...); pero uno casi siente que por debajo están ocurriendo muchas cosas. El autor consigue esto mediante diálogos tersos y apuntalados como las cuerdas de una guitarra, y la elípsis “Lo que crea tensión en un cuento es, en parte, la manera en la cual las palabras se colocan de modo concreto para formar la acción visible de la historia. Pero crean tensión también las cosas que se dejan afuera, que son implícitas, el paisaje que se encuentra debajo de la tranquila, pero a veces rota y agitada, superficie del cuento”. Lo cual nos lleva a...
Menos es más. En la vida de toda persona hay momentos que son un punto de inflexión. En la de Carver hubo varios, uno de los importantes fue su asistencia al taller de escritura creativa de John Gardner en 1958, en su primer año de universidad en Chico, California, a la que se acababa de trasladar con su mujer y sus hijos. El que sería su gran mentor le enseñó la importancia de no subestimar al lector: "Estaba convencido de que emplear palabras poco precisas, por falta de sensibilidad, por negligencia o sentimentalismo, constituía un tremendo inconveniente para el relato. Pero había algo aún peor y que había que evitar a toda costa: si en las palabras y en los sentimientos no había honradez, si el autor escribía sobre cosas que no le importaban o en las que no creía, tampoco a nadie iban a importarle nunca". También le animó a reducir a la mitad las palabras de cada frase que escribiese, en la creencia de que si eres capaz de expresar lo mimo con menos palabras, ganas en fuerza y expresividad. Y aquí toca hablar, cómo no, de Gordon Lish. A los diez años de la muerte de Carver un periodista del New York Times descubrió que el que fuera su editor entre los setenta y principios de los ochenta, cuando se publicaron las selecciones de relatos ¿Quieres hacer el favor de callarte? y De qué hablamos cuando hablamos de amor, recortó muchos de los cuentos de Carver, llevándolo a un estilo tan minimalista y lacónico que en cierta medida cimentó el éxito del escritor. De los diecisiete o diecinueve relatos que le entregó a Lish, este modificó más de la mitad. En algunos solo dejó el 30 % de la escritura original. En varios modificó los desenlaces, cambiando el sentido último de los cuentos. ¿Por qué se lo permitió Carver? Muchos piensan que el escritor, sumido en el alcohol no estaba simplemente en condiciones de enfrentarse a su editor, que además parecía saber lo que hacía: muchos profesaron devoción por una escritura seca, directa, que no hacía concesiones y solía golpear al lector con su economía de medios. El problema es que, quizás, por el camino, se estaba quedando buena parte del alma de Carver.
Epifanía. Para comprobar lo diferente que es el estilo Carver-Carver del estilo Carver-Lish, podemos decir que al autor le gustaba que los personajes descubrieran que hay algo más. Que detrás de sus vidas monótonas y grises, de sus encrucijadas sin aparente escapatoria, existe aún esperanza, la sombra de una segunda vida, de un territorio nuevo por explorar. No hay más que ver el cuento (mi favorito de Catedral) PARECE UNA TONTERÍA, que se publicó primero editado por Lish en el libro De que hablamos cuando hablamos de amor (1981) bajo el nombre de EL BAÑO. Os he puesto enlaces a las dos versiones para que juzguéis la transformación. ¿Ya? En el primero, el incluído en Catedral, podemos apreciar que el relato original de Carver tiene un final, una conclusión que además, está cargada de belleza y resignifica el cuento entero. Algo que desaparece en la mucho más escueta y segmentada versión editada por Lish.
A Carver también le llegaría esa posibilidad de redención, de epifanía, cuando después de años hundido en el alcohol y de que le pronosticaran poco más de seis meses de vida si seguía así, consiguió finalmente desintoxicarse y conoció a la que sería su segunda mujer, la poeta Tess Gallagher, en 1977. Vendría entonces lo que el escritor llamó "un tiempo de propina": once años de creación, de amor, de serenidad. De este periodo viene Catedral, ya sin las tijeras de Lish. En 1988, seis semanas antes de la muerte del escritor, Carver y Gallagher se casaron. La poeta se convirtió en la albacea de la obra de Carver, dándola a conocer mundialmente, y en 2009 autorizó al publicación de Principiantes, que contiene los manuscritos originales de Carver en De qué hablamos cuando hablamos de amor, antes de la edición de Lish.
Raymond Carver junto a Tess Gallagher |
PLUMAS
Una pareja visita a unos amigos que acaban de tener un bebé. También tienen como mascota un pavo real.
Es quizás el cuento más críptico del libro. Por si os pasa como a mí, que de primeras no adiviné que es lo que había pasado, en este artículo lo analizan de forma muy clara.. Tiene una imagen muy poderosa que se te queda en la memoria, con el pavo paseándose en la cocina donde se encuentran reunidos los cuatro amigos y el bebé.
LA CASA DE CHEF
Una pareja se da una nueva oportunidad cuando él, con problemas de bebida, recibe de un amigo el préstamo de una casa que no les recuerda nada a su pasado.
Tiene una última frase redonda, pero es uno de los que menos me han gustado, aunque es interesante.
CONSERVACIÓN
Una pareja no pasa por su mejor momento cuando a él le despiden del trabajo y se pasa semanas tumbado en el sofá. Para colmo el frigorífico se estropea.
Es un cuento que mejora con una segunda lectura. El final también es grandioso, con una imagen que resume todo de forma redonda.
EL COMPARTIMIENTO
En el vagón de un tren europeo, un padre se dirige a encontrarse con su hijo con el que no se trata desde hace tiempo.
Es un relato desolador hasta para Carver. Está muy presente un halo de amenaza que es otra de las señas de identidad del autor.
PARECE UNA TONTERÍA
Una pareja de padres espera angustiada en el hospital a que despierte su hijo, después de ser atropellado por un coche. Paralelamente alguien no deja de llamarles preguntándole por el niño.
Para mi, el mejor relato del libro, junto con Catedral. La versión del libro es la que no mutiló retocó Lish, que es sinceramente fantástica, con un final conmovedor que no se olvida una vez leído.
VITAMINAS
Historia de una pareja cuya mujer se dedica a la venta de vitaminas a domicilio. Un retrato de personajes perdidos, al más puro estilo Carver.
CUIDADO
Una mujer visita a su marido que se ha ido de casa y le ayuda con un tapón de cera en el oído.
Como lo habéis leído. Puede parecer poca cosa para un cuento y es, sin embargo, uno de los más emotivos del libro, con muchas cosas que no se dicen pero se sugieren.
DESDE DONDE LLAMO
Las conexiones y vidas de un grupo de personas que se encuentran en un centro de rehabilitación para dejar la bebida.
Tierno y duro a la vez, genialmente escrito. Me doy cuenta de que me gusta mucho más el Carver que busca y encuentra el lado humano que aquel más implacable.
EL TREN
Tres desconocidos coinciden en un anden a la espera de un tren. Asistimos a la conversación de dos de ellos que revela un conflicto del que no llegamos a saber casi nada.
Es el que menos me ha gustado, no he acabado de entrar en la historia.
FIEBRE
Un recién divorciado lucha por encontrar a alguien que se pueda ocupar de sus hijos ahora que se ha quedado solo con ellos. Su mujer, que se ha ido con otro, no para de llamarle para darle consejos.
Otro de mis favoritos del libro. Me gusta mucho como Carver da valor en este relato a las personas que cuidan, trabajo que tantas veces pasa desapercibido o es menospreciado.
LA BRIDA
Una familia que ha sido desahuciada llega para instalarse en un bloque de apartamentos regentado por una pareja.
Es un cuento muy interesante, que requiere una lectura muy atenta para entender todas sus claves. El final es otro de los grandes.
CATEDRAL
Un viejo amigo de su esposa, un hombre ciego, visita la casa. El narrador al principio no está muy feliz con la idea, pero poco a poco ambos empiezan a conectar de la manera más inesperada.
El cuento que da nombre al libro y una de las obras maestras de Carver. La última frase ha dado título también a este artículo. Fascinante.
Jerry Carriveau, amigo ciego de Tess Gallagher, sirvió de modelo para el personaje de Catedral |
No hay comentarios:
Publicar un comentario