jueves, 9 de octubre de 2014

¿Sola? en la Edad Media: El libro del día del juicio final

Oxford 1348, está en todas partes: nadie sabe qué la causa, nadie puede detenerla ni imaginar siquiera la posibilidad, y va matando gente en grandes cantidades. Parece el fin del mundo. Es la Peste Negra y acabará con un tercio de la población europea según las estimaciones más moderadas.

Oxford 2054, los viajes en el tiempo son una realidad. La estudiante de Historia Kivrin se traslada a al siglo XV, en plena Edad Media, época calificada con un 9 en la escala de peligrosidad, a pesar de la oposición de Dunworthy, su tutor. Al poco de marchar una extraña epidemia se cierne sobre la ciudad, sin que se pueda restablecer contacto con Kivrin.

El libro del Día del Juicio Final (Doomsday Book en inglés, y nombre que utilizaré en adelante para no escribir tanto); es una novela de ciencia ficción de Connie Willis, que en 1992, año de su publicación, ganó los tres premios más importantes del género: el del público (Hugo), el de los escritores (Nébula) y el Locus, otorgado por la importante revista de ciencia ficción y fantasía del mismo nombre. Para entendernos, es como si a una película le dan los Oscar a las categorías principales y además los Emmys y los Goya.

Diferentes portadas del libro, la última a la derecha es la edición española, a cargo de Ediciones B
Como buena obra de ciencia ficción, se explica de forma clara y convincente el funcionamiento de los viajes en el tiempo, su regulación y la forma en que el mismo tiempo se defiende de las paradojas. También traza un paralelismo muy interesante en cómo se vive una epidemia en el siglo XV en medio del miedo y la superstición y en el siglo XXI con las armas de la medicina moderna.

Pero en muchos sentidos, el libro que nos ocupa es mucho más que una buena novela de ciencia ficción (y no es que esto sea poco).

Antes de empezar a explicaros por qué me encantó esta novela, resumiré rápidamente lo negativo (en mi opinión): De los dos periodos de tiempo en los que se desarrolla la novela (la Edad Media y la época contemporánea de la protagonista, año 2054), la primera gana por goleada a la segunda, tanto en ambientación como en ritmo narrativo e interés. El futuro, aparte de los viajes en el tiempo, es poco diferente a nuestro presente, si acaso se echan de menos cosas que hoy damos por descontadas como los móviles inteligentes para comunicarse. Además, a veces resulta irritante que nos saquen de donde más queremos estar (la Edad Media con Kivrin), para llevarnos a un presente en el que apenas pasa nada interesante. Es una rémora que baja el ritmo general de la novela, hasta el punto que pienso que quitarle 100-150 páginas a esta parte hubiera mejorado el conjunto.

El Domesday Book, de donde toma nombre el libro, fue un censo elaborado por orden de Guillermo I en 1086 para conocer el conjunto de bienes susceptibles de pagar tributos en Inglaterra.   El nombre "Domesday" proviene de la palabra del inglés antiguo dom, que significa "cuenta" o "reconocimiento". Así, "domesday" quería decir literalmente "día de cuentas", queriendo significar que un señor tomaba conocimiento a efectos contables de lo que poseía cada sujeto. Los cristianos del Medioevo creían que en el Juicio Final, como afirmaba en la Biblia el Libro de las Revelaciones, Cristo sometería a similar cuenta los actos de cada persona; por eso el término "doomsday" (del inglés doom, destino) también se refiere a este evento escatológico (recogido de la Wikipedia)
Dicho esto, hay que decir que la escritura de Willis no se hace nada pesada y la acción está muy bien dosificada, con una trama que, a pesar de ser en parte conocida, la autora consigue hacer que nos enganche igualmente. Y hay algo más: la ambientación. No es que Kivrin viaje a la Edad Media, es que nosotros viajamos allí con ella.

Connie Willis
Pero además…¡Qué Edad Media! Completamente alejada de los tópicos, enseguida la sentimos reconocible, cercana. Empatizamos con personajes como el padre Roche o Rosamund, Agnes, Lady Imeyne… La autora consigue involucrarnos emocionalmente con ellos, ya que no se limita a narrar la historia, sino a transmitir como ésta era vivida por sus protagonistas. Aquí es donde el talento de Willis llega a sus mal altas cotas, consiguiendo emocionarnos con el desarrollo – imparable y sin concesiones – de la historia. Como ejemplo de virtuosismo, hay una escena en la que Kivrin asiste a una misa medieval que ha quedado grabada en mi imaginación

Doomsday Book es de esos libros que no son importantes solamente por lo que cuentan sino por cómo lo cuentan. Es, también, un libro hasta cierto punto religioso, pero no en un sentido dogmático, sino de la Fe. Fe en el Otro, en las buenas intenciones de los demás, que muestra que es necesario confiar en alguien para poder ser fuerte uno mismo.

Creo que os gustará, si lo leéis no dudéis en escribirme por aquí y decirme qué es lo que más os ha gustado.

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