miércoles, 20 de noviembre de 2024

"Verdaderamente extraordinario" Catedral de Raymond Carver


Es uno de los maestros indiscutibles del relato corto. Quizás el mejor discípulo de Chéjov, del que tomó el gusto por una narración transparente y depurada, ausente de artificios ni ornamentos. Historias en donde el menos es más, en las que lo que no se dice pesa tanto o más que lo que se dice. En una entrevista Carver recordaría a otro de sus ídolos, Flaubert, quien decía que el "el autor en su trabajo debe ser como Dios en su creación - invisible y todopoderoso -; debe sentírsele en todos los sitios, pero no debe ser visto". Así son los cuentos de Carver: sobrios, certeros, parcos en palabras, precisos.

Descubrí a Carver gracias a un manual de escritura de ficción, que utilizaba uno de sus cuentos, "Catedral", como ejemplo. La verdad es que es difícil explicaros lo que supuso ese cuento para mí. Me sacudió de la cabeza a los pies. No había leído hasta entonces nada parecido. Por supuesto me hice con la recopilación de cuentos a la que da nombre Catedral, y todos los cuentos me gustaron. Alguno está entre mis relatos cortos favoritos. Más allá de la impresión estética que dejaron en mi, me mostraron algo que ya sospechaba: no es tanto lo que se cuenta, sino CÓMO se cuenta. 

martes, 5 de noviembre de 2024

Eunice Carter contra Lucky Luciano la Historia

Eunice Carter contra Lucky Luciano la Historia

Todos formamos parte de un contexto social, de un momento histórico, de unas circunstancias. Las inercias, las dificultades para sobreponerse a estas fuerzas suelen ser minimizadas por cierta filosofía de autoayuda y dogmas de corte neoliberal que emplazan de forma nada inocente toda la responsabilidad en el individuo, sin tener en cuenta todas las variables sociales, económicas, familiares que influyen. Pero también es cierto que hay personas que consiguen sobreponerse a las cartas que le han tocado y emergen por encima de todos los gigantescos y a veces determinantes límites de su historia . Su lección es que, a veces, sí se puede. Con determinación, con trabajo humilde y constante, se puede jugar una partida diferente a la que parecía estar destinada nuestra vida.