"El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. “No es lo mismo hacer cosas buenas que hacer las cosas bien”. “Estamos condenados”.
En algún momento de Buena Gente, el último cómic de Isaac Sánchez, los habitantes de Benquerencia del Río pronunciarán estas proféticas palabras tras verse inmersos en una insólita carrera para demostrar quién es la mejor persona en el plazo de tres meses. En juego: una herencia millonaria.
Viendo el estado actual del mundo, hablar de la falsa bondad, de la injusticia vestida de justicia y de cómo podemos mirar a otro lado cuando nos conviene parece más acertado que nunca. Isaac Sánchez toca con precisión estas teclas morales a lo largo de una historia que discurre como un reguero de pólvora.
Un regalo envenenado
Don Eustaquio Montero, cacique local de Benquerencia del Río, ha fallecido y decide legar su enorme fortuna en herencia a quien, en el plazo de tres meses, demuestre ser la mejor persona del pueblo. Ah, un detalle: no se desvelará la forma de elección hasta el día en que se decida el ganador.
¿Qué podría salir mal?
Isaac Sánchez González (Badalona, 1981), fue en otra vida conocido como Loulogio, uno de los primeros youtubers cuando tal término aún no se estilaba. Se dio a conocer por doblajes descacharrantes de la teletienda, como el de la batamanta o la chorrimanguera. El éxito de estos y otros videos le lanzaron a la fama como monologuista con apariciones periódicas en televisión. También fueron muy celebradas sus críticas “sosegadas” de películas, en especial de superhéroes. Sé que somos legión los que periódicamente volvemos a verlas para reírnos si el día se nos ha hecho muy largo.
Isaac fue abandonando paulativamente a Loulogio a partir de 2017 para volver a dedicarse a lo que más le gustaba: dibujar cómics. (Su primer obra es de 2009, antes de su éxito en Internet). Desde entonces ha publicado la trilogía de Taxus, una obra de fantasía ambientada en la mitología cántabra, El Don (2020) una historia de ciencia ficción con ecos de la pandemia, y las obras biográficas Baños Pleamar (2022) y El de la batamanta (2023).
Un gran guion
No recuerdo dónde leí que un buen final es aquel que te sorprende pero que de alguna manera resulta completamente convincente una vez llegas a él. Tenía especial interés en ver esta faceta del autor, quien en sus críticas de cine siempre mostraba las incoherencias de un mal guion.
Y he quedado gratamente sorprendido: desde el principio la historia está sembrada de "pistas" que, a modo de escopetas de Chéjov, revelarán su importancia más adelante. Son tantos y tan cuidados los detalles en este sentido que en una segunda lectura se disfruta mucho de ir redescubriendo todas las cosas que el autor ya nos estaba de alguna manera presagiando.
Aunque la historia tiene un componente universal, el hecho de que esté ambientado en un pueblo encerrado en sí mismo hace que se pueda jugar con tipos muy definidos y reconocibles. Por cierto, en la ambientación de Benquerencia del Río se pueden atisbar algunos rincones de mi querida Granada, que Isaac, demostrando gran sensatez, ha convertido en su residencia no hace mucho.
Un peligro era que este retrato fuera demasiado simple o determinista, algo que el autor esquiva gracias a dos personajes que tendrán un peso especial en la historia.
Un cómic de cine (español)
Al situar la historia en un pueblo aislado en los años del tardofranquismo el autor aprovecha para rendir homenaje a algunos clásicos del cine español, que además por temática y tono encajan a la perfección. Una historia que bien podían haber firmado Azcona o Berlanga.
Así, los personajes están dibujados recordando a icónicos actores del cine español: el alcalde Pepe Isbert de Bienvenido Mrs. Marshall, película con la que la historia guarda ciertos paralelismos; Ernesto, bien puede ser un galán del cine español, como Arturo Fernández. Pepa remite a nuestra querida Marisol, Pepa Flores. Y el contable se da un aire a José Luís López Vázquez.
Más allá de los parecidos, el autor ha cuidado algo que se suele descuidar muy a menudo: que cada personaje hable de una manera propia y diferenciada, dotando de profundidad a lo que de otra manera podrían haber sido personajes planos y arquetípicos.
El dibujo de Isaac es de una gran expresividad, heredero reconocido de autores del cómic europeo como Loisel o Carlos Giménez. La paleta de colores, ocre, nos remite a algo antiguo, a la España viejuna del NO-DO, de los viejos álbumes de fotos, a un entorno cerrado y opresivo.
Dolmen hace una edición muy cuidada, de gran calidad, que además incluye distintos extras como un prólogo de un historiador del arte y un artículo final del autor explicando la génesis de la historia y mostrando diferentes bocetos. En un último apartado, diferentes artistas invitados reinterpretan a los personajes de la historia.
Buena Gente te deja pensando. No creo en la bondad innata del ser humano, pero tampoco en la teoría de que somos criaturas egoístas que solo miran por su interés. Pero por otro lado, ¿Qué es el bien? Seguramente no es lo mismo en nuestra sociedad de hoy que en la Roma de Julio César o la Alemania nazi. Nuestro entorno puede llegar a hacer que veamos como aceptables cosas que no lo son.
Si me preguntáis diré que para mí la bondad existe, pero no es fácil. Cuesta trabajo. Y tendemos a ser muy perezosos…
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